El proceso de parto de un proyecto es siempre mágico. Suceden cosas que uno no espera y que tienen ese grato sabor a sorpresa y a momento único. Ignacio Martín Lerma, poeta, profesor y filmmaker, pasará en México los próximos meses invitado por una Universidad. El poemario estaba prácticamente cerrado, a expensas del epílogo del que tengo el honor de contar con Ignacio. Días antes de volar hacia México, me llamaba apurado porque antes de partir tenía numerosos asuntos que dejar cerrados y sentía cierto apuro por poder retrasarse en la entrega del material. Una conversación mientras regresaba del trabajo, dejó todo resuelto: «No te apures Ignacio, cuando llegues a México lo haces tranquilamente.» Pero no esperó a tomar tierra en suelo azteca para cumplir con lo prometido. Sobrevolando el océano, preparó su epílogo mientras buceaba entre un mar de nubes y mis humildes versos, e hizo, que tanto el momento como el propio epílogo se convirtieran en algo mágico. Benditos los hilos que mueven al mundo y que hicieron que encontráramos nuestros caminos.